La saga reiniciada por Denis Villeneuve continúa tras la espectacular primera parte y manteniendo una diáfana majestuosidad que se disfruta mejor en una buena sala. Su factura técnica vuelve a ser su principal baza, aunque esta vez el hieratismo que muestra su reparto de estrellas se vuelve excesivo sin contrapesos que alivien tanta gravedad. Son 166 minutos que pueden cansar, aun con escenas que quitan el hipo y una trama que no se pierde por vericuetos innecesarios. Esta vez, además, la historia se cuida de su cierre, aunque dando pistas de lo que vendrá en la ya confirmada tercera parte.
Fantasía