Diez años después de Under the skin, la anterior película de Jonathan Glazer, el británico explora las posibilidades el offscreen en la irregular pero subyugante La zona de interés. Característica …
La zona de interés, el horror fuera de campo
Pobres criaturas, inclasificable virtuosismo
Yorgos Lanthimos vuelve a recodificar convenciones sociales (la sombra de Canino es alargada), esta vez en clave pseudo steampunk con cierto aroma burtoniano, para reivindicar a la mujer manumitida y …
Perfect Days, las ventajas de la rutina
Lo que más me gusta de Perfect Days es que no posee una ambición desmedida por trascender, sino que solo muestra, y muestra, y muestra. El retrato de la rutina …
El libro de las soluciones, empacho de Gondry
Michel Gondry vuelve al formato largo ocho años después de su última película, otra vez con carta blanca en guion y dirección. El libro de las soluciones se lanza a …
Fallen Leaves, hierática conciencia de clase
Si en la anterior crítica me preguntaba si es menos buena la película de un maestro en piloto automático, Kaurismäki parece responder con un «sí, siempre que depures y propongas». …
Flora y su hijo Max, música sin musical
John Carney sigue cultivando su particular género de «cine indie no musical con música», con el que llegó a la gloria con películas como Begin Again y, especialmente, Once. Esta …
Cerrar los ojos, ajuste de cuentas en verso
Todo lo que ha hecho que nos tiremos de los pelos por haber tenido que esperar 40 años hasta un nuevo largometraje de Víctor Erice está en Cerrar los ojos, …
El Conde, revisionismo vampírico
Pablo Larraín sigue demostrando su enorme talento para crear atmósferas, engarzar planos a cada cual más sorprendente, como ya hiciera en Ema, Spencer y tantas otras, y retratar personajes complejos. …
Godland, la conquista del norte
Con su ritmo moroso, su fotografía en cuatro tercios y bordes redondeados (aquí prima más el homenaje a los pioneros que la magnanimidad de los paisajes islandeses) y su banda …
Beau tiene miedo, Aster, vuelve al terror elevado
Mis problemas con Beau tiene miedo no empiezan desde el principio, con un primer tercio con aroma coeniano que mantiene cierto interés e, incluso, deja espacio al humor vitriólico. Es …